Marc Márquez vivirá un auténtico infierno en las próximas semanas: no puede haber vuelta atrás para él ni para el resto
En MotoGP, como en el resto de deportes, solo puede ganar uno. Lo peor de todo puede ser la sensación de los que se quedan a las puertas de conseguirlo cuando han estado muy cerca. Sin embargo, hay otra sensación más dramática que esa en el paddock. Es la de haber ganado ocho campeonatos del mundo y sentirte por detrás de la mayoría. En esas está Marc Márquez en los últimos meses. El de Cervera tuvo que tomar decisiones que parecían impensables.
Hace pocos meses nos enteramos de que la relación entre Márquez y Repsol Honda había terminado. Ambas partes hicieron oficial su final a través de las redes sociales. Enseguida muchos de los seguidores del catalán empezaron a divagar sobre a qué equipo podía ir un ocho veces campeón mundial. Muchos dijeron que debía ser el compañero de Pecco Bagnaia, pero sonaba utópico. Otros apuntaban a KTM, pero Marc quería subirse en la mejor moto del mundial. De ahí que fichase por la Ducati de Gresini. Se encontrará con una familia, empezando por su hermano Álex Márquez.
Antes de la resurrección debe pasar por sus dos últimos infiernos
Marc Márquez sabe de primera mano que antes de centrarse en Gresini necesitará pasar por el mal trago de dirigir de nuevo la Repsol Honda. Le quedan dos fines de semana para decir adiós a la marca con la que tocó el cielo en ocho ocasiones. Atrás quedan los recuerdos, pero por delante el futuro le ilusiona más que nunca. La situación era insostenible en todos los aspectos.
En declaraciones recogidas por el diario Marca, Marc Márquez repasa lo que será el Gran Premio de Catar para él: «Históricamente, Qatar ha sido un circuito difícil para nosotros por el trazado y todo lo demás, así que creo que de nuevo será un fin de semana un poco más duro». Por otro lado, y al terminar el GP de Malasia, no quiso hablar todavía de su llegada al Gresini de Ducati: «No voy a hablar antes del test de Valencia. Vengo de hacer una carrera 13º, a 27 segundos del líder. No puedo pretender llegar y besar el santo. Tengo que ir con la mentalidad de llegar y trabajar».
En cualquier caso, parece evidente que Marc Márquez quiere dejar atrás el infierno de Repsol Honda para poder pelear por el campeonato del mundo. No será fácil, pero seguro que estará mucho más cerca.