Jorge Martín está siendo sin lugar a dudas uno de los grandes protagonistas de MotoGP: quiere el campeonato, pero su vida no es nada sencilla
Quedan solo dos carreras para el final de la temporada de MotoGP. Por delante esperan Catar y Valencia, circuitos en los que Jorge Martín y Pecco Bagnaia pelearán por entrar en la historia con letras de oro. Prama y su piloto están inmersos en una remontada meteórica, pero no todo es de color de rosa como se suele decir. El italiano, mientras tanto, se muestra tranquilo pese a perder distancia con el paso de las carreras.
A ningún aficionado de MotoGP le sorprende la mentalidad ganadora de Jorge Martín. Su carrera profesional siempre ha estado marcada por el talento y por una enorme ambición que podría tener muy pronto su premio. Incluso en los peores momentos de la presente temporada se ha mostrado convencido y seguro de sus posibilidades. Bagnaia, por ejemplo, no pudo decir lo mismo después de un duro periodo en el que su Ducati le jugaba malas pasadas. En cualquier caso, no todo ha sido bueno en los últimos meses para el piloto madrileño de Prama. Ahora sabemos que ha estado más que presionado… y lo sigue estando.
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Hace unos días confesó que no durmió absolutamente nada en Tailandia. La presión por tener que recortar distancias a Bagnaia no le permitió tampoco poder celebrar su victoria en la sprint del sábado. Esta misma noche vivió un tormento de proporciones inmensas. Confesó, en cierto tono de resignación y abatimiento, que no pudo dormir en toda la noche pensado en lo que tenía que hacer en la carrera del domingo. La presión parecía haberle dominado, pero, sin saber muy bien cómo, se alzó con la victoria.
En el Gran Premio de Malasia, Jorge Martín no ha dudado en sacar su lado más real al hablar de cómo están siendo sus sensaciones sobre la Prama. Cualquier otro aspirante no lo hubiera reconocido, pero el madrileño lo ha tenido muy claro: «La verdad es que hace unas carreras que ya no disfruto mucho encima de la moto. Disfrutas más cuando acabas y el resultado es positivo». Por otra parte, se muestra muy tranquilo al asegurar que podría haberlo hecho mejor. Su tiempo ideal habría sido «tres décimas más rápido», pero no tiene remordimiento por esa cuestión.
Dos carreras por delante para demostrar quién es el merecedor de llevar el título mundial de MotoGP. Pecco y Jorge, Bagnaia y Martín, se jugarán algo más que un trofeo plateado con su nombre o un campeonato.